Breve historia de «El Segalar»
El 17 de septiembre de 1943, se compró el histórico Campo de “El Segalar”. Costó a las arcas municipales la entonces respetable cantidad de 22.000 pesetas. El campo formaba parte del patrimonio de “Casa Ruata”, y en el año 1950 pasó a pertenecer a la Obra Sindical de Educación y Descanso por el mismo precio.
Hasta esa adquisición, el Binéfar jugó en diferentes campos, como son:
- Campo del “Cuadrao” en la carretera de Esplús
- Campo de “Toyas”
- Campo de la Aigüera, en la Avenida del Pilar.
En las obras de acondicionamiento del Segalar, la afición binefarense mostró su incondicional amor al Club ya que directivos, jugadores y aficionados trabajaron para nivelar el terreno. En aquellos tiempos, y casi como un “milagro”, contaron con uno de los escasos tractores que había en Binéfar en aquella época. El “ingenio mecánico” como le llamaban, lo prestaron de la Finca de la Melusa, y un empleado de la gasolinera de la localidad, conocido como Santiago Abadía “El Cojo de Peperrín”, facilitaba el combustible necesario para el tractor. El Segalar, campo talismán donde se ha fraguado la historia del C.D. Binéfar, ha sido testigo mudo de grandes tardes de gloria.
El CD Binéfar jugó su último partido oficial en El Segalar al inicio de la temporada 2008/2009, desde entonces es utilizado como zona de juegos y de extensión de las piscinas municipales situadas junto al histórico terreno de juego.
En 2010 se aprobó el presupuesto para la construcción de la piscina municipal climatizada que se ubicará en parte de los terrenos que corresponden al antiguo campo de fútbol.